La cucaracha, también conocida como matalí o amor de hombre, es una planta rastrera de hojas alargadas con franjas verdes, violetas y plateadas que brillan con la luz del sol. Aunque muchas personas la tienen en sus jardines o corredores como adorno, esta planta guarda secretos medicinales valiosos, especialmente para la piel y la sangre.
Entre sus usos más conocidos, destaca su acción hemostática. Las hojas de cucaracha, partidas o machacadas, se han usado tradicionalmente como una especie de “curita natural”, aplicada directamente sobre heridas pequeñas, raspones o cortaduras para detener el sangrado de inmediato. Su efecto es rápido, y al mismo tiempo actúa como antiinflamatorio, calmando la zona afectada y ayudando en la recuperación del tejido.
Esta planta también ha sido aliada en temas de salud menstrual. En forma de infusión, se ha usado para aliviar cólicos menstruales y regular el ciclo, especialmente en mujeres con menstruaciones dolorosas o irregulares. Su energía suave y equilibrante parece ofrecer contención en esos momentos de sensibilidad física y emocional.
Además de su uso externo, la infusión de sus hojas puede servir como un apoyo para reducir inflamaciones internas leves, gracias a su efecto refrescante sobre el cuerpo. Algunas personas la emplean como parte de baños medicinales o lavados para piel irritada, picaduras o infecciones leves.
También se ha mencionado su uso tradicional en el tratamiento de afecciones respiratorias suaves, aunque estos usos son menos comunes y se transmiten más en el saber popular oral.
La cucaracha es una de esas plantas humildes que crecen solas en las macetas, que se expanden por los muros y los jardines, pero que están llenas de poder sanador. Discreta y generosa, ofrece alivio inmediato, protección y cuidado, como una medicina sencilla que siempre está a mano.

Dosificación

🟡 1-3 hojitas por taza, no se recomienda tomar por mas de 3 días seguidos.

• No se recomienda en personas con tendencia a trombosis o coágulos en la sangre.