El guarumo es un árbol de hojas grandes como manos abiertas, que parecen saludar al cielo. Ligero, alto y flexible, crece rápido y sin exigir mucho, como si supiera que ha venido a acompañar procesos de sanación profunda. En las tradiciones de muchos pueblos originarios, este árbol no solo es medicina del cuerpo, sino también del espíritu.
Conocido entre pueblos indígenas como el “tabaco de la montaña”, el guarumo se usa en contextos rituales y de comunicación espiritual. Se fuma en ceremonias y ofrendas para abrir los canales de conexión, limpiar la mente y el corazón, y preparar el cuerpo para recibir mensajes desde otros planos. Es una planta de respeto, usada con intención y con silencio.
Desde el punto de vista medicinal, el guarumo actúa como expectorante natural, ideal para limpiar los pulmones, aflojar flemas y ayudar al cuerpo a eliminar la congestión respiratoria. Es útil en casos de tos crónica, bronquitis, y durante la recuperación de infecciones respiratorias. Preparado en infusión o fumado con fines terapéuticos, facilita la respiración y despeja el pecho.
También tiene propiedades sedantes y relajantes, que lo hacen útil para calmar los nervios, aliviar tensiones y preparar el cuerpo para el descanso. Su uso como emenagogo —es decir, que estimula o regula el ciclo menstrual — se ha transmitido de forma oral en comunidades rurales e indígenas, donde las hojas del guarumo se han usado en infusiones suaves para apoyar procesos femeninos relacionados con el útero, el sangrado y las emociones ligadas a la luna. Se dice que tradicionalmente se usaba para acelerar el parto.

Dosificación

🟡 Para hacer un té se usa 1 dedo de la hoja por taza de té en infusión. Se recomienda tomar 3 veces al día durante 5 días.

• No se recomienda su uso durante el embarazo.