La orquídea
AlekSandra
herbology
La orquídea, a diferencia de las otras flores, no crecía de la tierra, sino de la corteza de un árbol majestuoso. Las demás flores la miraban con recelo, susurrando que era una parásita, sin raíces en el mundo real. Pero la orquídea no les prestaba atención. Sabía que no necesitaba la tierra para vivir, y que su hogar en las alturas le ofrecía una perspectiva única del bosque. Desde su rama, veía el mundo desde las copas de los árboles, observando a las aves construir sus nidos y sintiendo el viento antes que nadie. Con su elegancia, la orquídea les enseñó a las otras flores que no todos necesitan seguir el mismo camino para encontrar su lugar en el mundo.